Fecha: 9 de Agosto
Sudamérica, con su vasta extensión y diversidad geográfica, ha sido testigo de un crecimiento significativo en proyectos eólicos en los últimos años. Esta tendencia, lejos de desacelerarse, se espera que continúe y se fortalezca en la próxima década. Según el informe “Perspectivas de energía en tierra de América del Sur” de Wood Mackenzie, se prevé que el mercado eólico total de la región añadirá 41,2 GW de proyectos terrestres hasta 2032, lo que representa un impresionante crecimiento del 122%.
Este crecimiento proyectado llevará a Sudamérica a tener una capacidad acumulada de 75 GW para 2032, en comparación con los casi 34 GW registrados a finales de 2022. Brasil, con su vasto territorio y políticas favorables, liderará este crecimiento, aportando 23 GW, lo que representa el 56% del crecimiento total. Le sigue Chile, que ha demostrado ser un mercado prometedor para las energías renovables.
Colombia emerge como el tercer mercado principal, contribuyendo con casi el 8% de la perspectiva total. Sin embargo, para que Colombia alcance su potencial, es esencial invertir en infraestructura de transmisión. La región de La Guajira, rica en vientos, enfrenta restricciones de red que limitan las posibilidades de aumentar la capacidad. A pesar de haber adjudicado cerca de 1,6 GW de proyectos eólicos, la conexión a la red sigue siendo un desafío debido a las demoras en la expansión de la red.
Más allá de proyectos específicos, el crecimiento se atribuye a la dinámica de los mercados relevantes. Históricamente, las subastas reguladas han sido el principal motor para impulsar las energías renovables en la región. Sin embargo, esta tendencia está cambiando. Grandes compradores de los sectores comercial e industrial están migrando al mercado no regulado en busca de acuerdos favorables de compra de energía, como los PPAs. Estos contratos impulsarán significativamente la construcción en Sudamérica, especialmente en mercados maduros como Argentina, Brasil, Chile y Perú.
A largo plazo, el hidrógeno verde emerge como una oportunidad de desarrollo, especialmente en Brasil y Chile. Se espera que estos países agreguen 1,5 GW de capacidad hasta 2032 para respaldar la producción de hidrógeno verde. Aunque se han anunciado proyectos de varios gigavatios, la mayoría están en una etapa inicial de desarrollo y se espera que se amplíen después de 2030.
Sin embargo, el camino hacia el crecimiento no está exento de desafíos. La energía eólica enfrenta la competencia de la energía solar fotovoltaica, que se beneficia de una distribución geográfica más amplia y costos decrecientes. Además, las limitaciones de la red presentan desafíos para los desarrolladores eólicos en toda Sudamérica.
En conclusión, el futuro de la energía eólica en Sudamérica es brillante. Con el apoyo adecuado, la región está bien posicionada para aprovechar sus vastos recursos y liderar la transición hacia un futuro energético más sostenible.
Fuente: Energía Estratégica